Antonio
Machado en Espasa-Calpe
Antonio
Machado tiene una larga tradición de publicaciones en Espasa-Calpe.
Ya en 1919 publicó la segunda edición de Soledades,
galerías y otros poemas en la editorial Calpe, en la
colección Universal, notable predecesora de la colección
Austral. J. Deleito y Piñuela decía en su reseña
de la colección Universal publicada en La Lectura
(n.º 239, noviembre 1920: 264-66):
Es
positivo y excepcional el servicio que está prestando
a la cultura española la casa Calpe con sus medios
poderosos de acción y divulgación científica
y literaria [...].
La colección
Universal es la más rica, variada y numerosa de las
varias bibliotecas que da a luz la casa Calpe, y por su
índole popular, de divulgación, tanto como por
su baratura, es una digna continuadora de aquella Biblioteca
Universal que inició al gran público en el conocimiento
de los mejores autores clásicos y modernos. Sólo
que ésta de Calpe ofrece mayor modernidad en su espíritu
y su factura, presentando un tipo de libro manuable, ligero,
elegante y de impresión clara y cuidadosísima,
que aventaja en mucho a su precursora.
La colección
Universal, desde su aparición, en julio de 1919 [...],
viene publicando veinte números de unas cien páginas
cada mes, a cincuenta céntimos número [...].
Así ha dado al público en esos 16 meses la enorme
suma de 320 números, que componen 134 obras completas.
[...]
La editorial cuenta
con un cuerpo de excelentes traductores, que dan a los
libros extranjeros puestos en castellano la impresión
de ser originales, y con escritores expertos que han revisado,
depurado y anotado las obras clásicas de la colección. |
Se
extiende Deleito y Piñuela en la descripción de los
autores y títulos publicados en la colección Universal.
Casi al final de su reseña menciona a Machado: «De nuestros
poetas modernos sólo figura hasta ahora Antonio Machado,
con Soledades, galerías y otros poemas.» El librito
de Antonio Machado fue, pues, de los primeros en aparecer en la
colección, con el número 27, y se vendía al precio
de 30 céntimos (85 páginas). Hacia 1920 se haría
una nueva edición del libro, con los mismos datos en portada
y el mismo contenido, pero impreso en los Talleres Calpe (93 páginas),
y con el precio de 50 céntimos [1].
La colección Universal
se prolongaría hasta los años de la República,
pero antes los hermanos Machado publicarían otro tomo en
la misma colección (entonces ya de la empresa Espasa-Calpe):
la tragicomedia Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel
(1928, nº 1.046-1.047; publicada ahora en la colección
Austral, junto con Juan de Mañara, en edición
de Dámaso Chicharro Chamorro).
Antonio
Machado publicó en Espasa-Calpe tres de sus cuatro ediciones
de Poesías completas: la segunda edición en 1928,
la tercera en 1933 y la cuarta —y última en vida de
Antonio Machado— en abril de 1936. Poco después de
esta cuarta edición —y poco antes de estallar la guerra—
apareció también en libro en la misma editorial Juan
de Mairena. Por último, ya en plena guerra civil, en
1937 publicó en la editorial el libro La guerra (1936-1937),
con dibujos de José Machado.
Las
ediciones de Poesías completas de Espasa-Calpe mantuvieron
el diseño tipográfico establecido por Juan Ramón
Jiménez en la primera edición del libro publicada por
la Residencia de Estudiantes en 1917, es decir, títulos de
las poesías en versalitas y entre paréntesis, etc. Es
de destacar la elegante tipografía de estas ediciones de
Poesías completas. La cuarta edición, de 1936,
además de ser la editio prínceps para las poesías
completas de Machado, destaca por su cuidada publicación:
sólo 23 erratas evidentes he contado en esta edición,
porcentaje bajísimo que creo no ha sido mejorado por ninguna
otra edición posterior de este libro. Baste la comparación
con las 53 erratas de las Poesías completas (1936)
de la edición de Macrì (1988) [2] que es, no obstante,
una de las ediciones de las Poesías completas mejor
corregidas tipográficamente y con menos erratas entre las
publicadas en España después de la guerra (hay una edición
de las Poesías completas, no voy a mencionar cuál,
pero de 1982, en la que conté la friolera de 126 erratas
—alguna de tanto bulto como faltar versos enteros—,
además de otras tantas correcciones del editor, buena parte
de ellas por lo menos discutibles). Ya dijo Machado, en carta
a Juan José Domenchina, que si las erratas son la salsa de
los libros, en poesía habría que servir la salsa aparte.
Recomendación que parece no va con los editores españoles.
En
torno a Poesías completas
Después
de este excursus entre bibliográfico y pintoresco, vamos
a las Poesías completas de Antonio Machado (de 1917,
1928, 1933 y 1936). Lo primero que hay que decir de las Poesías
completas es que es un libro con entidad propia, y como tal hay
que considerarlo, y no como una mera recopilación de libros
publicados anteriormente, por más que los títulos de
algunas secciones en las que se divide el volumen coincidan con
los títulos de libros suyos anteriores. Esto parece tan obvio
que incluso da vergüenza decirlo.
Lo segundo que llama la atención
es el propio título: Poesías completas; título
abstracto y aparentemente anodino, pero que sin embargo dice mucho
sobre el libro y sobre las intenciones poéticas de Machado
en 1917. Hoy en día estamos acostumbrados a que alguien,
incluso aún joven, reúna en un tomo sus obras completas.
Pero que alguien, en 1917, a sus apenas 42 años de edad,
publicara un tomo de Poesías completas, era algo insólito.
He revisado la bibliografía entre 1900 y 1917 y no he hallado
un caso similar. La conclusión que se deriva de aquí
cae por su propio peso: de algún modo, con sus Poesías
completas Antonio Machado dio carpetazo a su actividad poética.
Esta conclusión es coherente con el fracaso de su proyectado
libro Tierras de España y con el complejo devenir
de Machado en los difíciles años que van de 1912 a 1917
[3].
Un detalle de la edición
de 1917 de las Poesías completas que ha llamado recientemente
la atención de algunos machadistas y dado lugar a cierta
polémica es la ausencia del título de sección «Campos
de Castilla» en aquella edición (en su lugar, buena
parte de lo publicado en Campos de Castilla figura bajo
el rótulo de «Varia»). Macrì atribuyó
esta ausencia a una «distracción» de Machado [4],
confundiendo a toda la crítica posterior. Esta hipótesis
de Macrì, metodológicamente inaceptable, parte del supuesto
falso de que PC1 debería de haber llevado tal
título. En todo caso, planteado en sus justos términos
el problema no es averiguar por qué «falta» el
título de sección «Campos de Castilla» en
PC1, sino que es averiguar y explicar por qué Machado
estructuró el libro tal como lo hizo. Ambos planteamientos
son muy distintos. Y avanzándome en afirmaciones, creo que
Machado tuvo sus motivos para estructurar PC1 como lo hizo,
y omitir cualquier referencia a Campos de Castilla.
Otra confusión de la
crítica machadiana, que ya parece crónica, es tomar
como ediciones «definitivas» de los libros de Machado
las correspondientes secciones homónimas de las Poesías
completas (1936). Desde Soledades. Galerías. Otros
poemas (1907) a Nuevas canciones (1924), pasando por
Campos de Castilla (1912), tradicionalmente los editores
de Machado no publican estos libros tal como aparecieron, sino
las secciones homónimas de Poesías completas
(1936). Recientemente, Geoffrey Ribbans, por ejemplo, en su por
otra parte excelente edición de Campos de Castilla [5],
aunque ha tenido el buen criterio de rotular el libro Campos
de Castilla (1907-1917) —señalando así de
entrada que lo que se publica es la sección «Campos
de Castilla» de PC4, cosa que no han tenido la amabilidad
de indicar hasta ahora los editores de los libros de Machado—,
afirma sin embargo que no discrepa con el juicio que considera
la sección «Campos de Castilla» de PC4 como
el «texto definitivo» de este libro. Francamente, creo
que sería muy difícil fundamentar ese tipo de consideraciones.
Para empezar, no recuerdo que Antonio Machado afirmara nada en
este sentido. Podrá parecer obvio, pero salvo en el caso
de que Antonio Machado hubiera dicho otra cosa, en principio no
hay más «texto definitivo» de Campos de Castilla,
como tal libro, que el de la edición de 1912; ni de Nuevas
canciones que el de 1924, etc., etc. Otra cosa son las exigencias
editoriales que, evidentemente, no pueden publicar la menguada
edición de 1912 de Campos de Castilla (que daría
poco más de 68 páginas si se publicara en formato de
edición corriente). Pero ese inconveniente tiene otras soluciones
que las de tomar el rábano por las hojas.
Todas estas cuestiones podrán
parecerles a más de uno nada más que sutilezas filológicas,
pero todavía en 1982 Antonio Fernández Ferrer [6] reseñaba
casi como primicia, como quien ha descubierto la Luna, el contenido
exacto de la edición de 1912 de Campos de Castilla:
sólo 18 poesías, y no las 56 poesías de la sección
de 1936 a las que estaba habituado el lector del libro de Machado;
y si Fernández Ferrer dedicaba buen número de páginas
a describir el contenido del libro de 1912 es porque la mayor
parte de lectores ignoraba dicho contenido, y si lo ignoraba es
gracias a la ausencia de «sutilezas filológicas»
con que se han venido publicando incluso las obras de nuestros
clásicos.
La
edición de Austral
En
su edición de las Poesías completas publicadas
en la colección Austral [7], Manuel Alvar ha tenido el acierto
de seguir la edición de Macrì. Ya se ha dicho que la
de Macrì es, por lo que toca a erratas, una de las ediciones
más limpias de las Poesías completas de Machado,
y Manuel Alvar ha corregido en la suya los escasos gazapos que
deslucían aquélla (aun así, se ha deslizado alguna
errata de la edición de Macrì, como en la CLXI xcvii,
«Cuida de que no se entere / la cucaña seca / de tus
ojos verdes», en lugar de «de tus hojas verdes»).
Ahora bien, la edición de Austral mejora infinitamente las
publicadas anteriormente en la misma colección, e incluso
la de Macrì, y es, hasta donde he podido comprobar, la más
fidedigna con que cuenta el lector de Machado, cosa que sin duda
es de agradecer en una edición destinada a la más amplia
difusión.
La parte más floja de
la edición de Austral es la de las tradicionalmente mal llamadas
«poesías sueltas», es decir, de las no recogidas
en PC4. Manuel Alvar sigue aquí también la edición
de Macrì, aunque reordenando el conjunto. Mala guía
ha seguido el editor en esa parte. La sección de poesías
dispersas de Macrì es ciertamente confusa y hasta caótica
en muchos lugares, quizá debido al hecho de que Macrì
no vio los originales donde se publicaron esas poesías (revistas,
periódicos...), tomándolas de republicaciones posteriores
de otros críticos y editores, con todos los problemas que
ello conlleva. Para rematarlo siguió el criterio, desacertado,
de dar prioridad a lo recogido en el cuaderno de «Los complementarios»
sobre lo publicado en revistas, olvidándose de que aquel
cuaderno es un simple borrador, y con el resultado de desmembrar
algunas interesantes series de poesías (como las publicadas
en Los Lunes de El Imparcial o la revista Alfar),
de las que Macrì da la versión del cuaderno de apuntes,
y no la serie efectivamente publicada, que además queda huérfana.
Mayor problema ofrecen las
poesías de la guerra, muchas de ellas republicadas fuera
de España después de la muerte de Machado con notables
enmiendas, y ésas son las versiones que desafortunadamente
tomó Macrì para su edición. V.gr.: la poesía
«A Rusia», publicada en Liberación, 20 diciembre
1937, cambió su título por «Voz de España.
A los intelectuales de la Rusia soviética» en una Antología
de guerra publicada en La Habana, en 1944, de donde la tomó
Aurora de Albornoz y de ella todos los editores posteriores; la
poesía titulada «Canción» y publicada en Madrid.
Cuadernos de la Casa de la Cultura, mayo 1938, nunca llevó
título más que en la versión de Romance,
México, 1940; la famosa poesía «El crimen fue en
Granada», entre los muchos periódicos donde fue publicada,
Macrì tuvo la mala fortuna de tomarla de la edición
de Emilio Prados, único lugar donde figura con una lamentable
errata, en el v. 32: «Se le vio caminar...», en vez
de «Se les vio caminar...»; «Meditación del
día», publicada en el libro de Antonio Machado La
guerra, no es título de la poesía, sino del texto
en prosa que la poesía encabeza; etc., etc.
Completa el libro de Poesías
completas de la colección Austral un interesante «Apéndice»
a cargo de la profesora María Pilar Celma, que incluye una
sección de «Documentación complementaria»,
una cronología y un «Taller de lectura». María
Pilar Celma ha tenido el acierto de abrir la documentación
complementaria con la sublime e impresionante semblanza de Machado
que escribió Juan Ramón Jiménez, sin exageración
la mejor página escrita en castellano en ese siglo.
En apretada
conclusión, el lector tiene en sus manos una edición del
libro Poesías completas (1936) de Antonio Machado notablemente
fidedigna, muy cercana a un facsímil de la cuarta edición,
que no es poca cosa, con un útil «Apéndice»,
y una sección de poesías dispersas que esperan aún
pacientemente su editor.
Notas
1. Una
exhaustiva descripción bibliográfica de los libros
de Antonio Machado puede verse en Jordi Doménech, «Ediciones
de Antonio Machado (1903-1938)», Abel Martín. Revista
de estudios sobre Antonio Machado <www.abelmartin.com>.
2. Antonio Machado, Poesías completas,
edición crítica de Oreste Macrì con la colaboración
de Gaetano Chiappini, Madrid, Espasa-Calpe / Fundación
Antonio Machado, 1988.
3. Véase Jordi Doménech, «Sobre la
publicación de Campos de Castilla», Ínsula,
594, junio 1996, y «Más sobre Tierras de España,
de Antonio Machado», Ínsula, 606, junio 1997.
Cf. también mi artículo en preparación, «Poesías
completas (1917) de Antonio Machado: cementerio de proyectos»,
en el que paso revista a la historia de la publicación
de aquel libro y a los críticos años de 1912-1917.
4. Macrì (1988, I: 60): «...por una extraña
distracción, se ha perdido el título “Campos de Castilla”».
5. Antonio Machado, Campos de Castilla (1907-1917),
edición de Geoffrey Ribbans, Madrid, Cátedra, 1997.
6. Antonio Fernández Ferrer, Campos de Castilla.
Antonio Machado, Barcelona, Laia, 1982, Guías Laia
de literatura.
7. Antonio Machado, Poesías completas,
edición Manuel Alvar, Madrid, Espasa-Calpe, 1997, Colección
Austral, 33.
Artículo
publicado originalmente en Ínsula, 622, octubre 1988,
pp. 26-27, en el número monográfico «Austral: un
capítulo en la historia de la cultura».
Fecha
de publicación: 1999
Abel
Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado
www.abelmartin.com
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