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Antonio Machado vs. Espasa-Calpe

(Antonio Machado, Poesías completas, ed. de Manuel Alvar, Madrid, Espasa-Calpe, 1997, Colección Austral)

 

Jordi Doménech

 

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Antonio Machado en Espasa-Calpe

Antonio Machado tiene una larga tradición de publicaciones en Espasa-Calpe. Ya en 1919 publicó la segunda edición de Soledades, galerías y otros poemas en la editorial Calpe, en la colección Universal, notable predecesora de la colección Austral. J. Deleito y Piñuela decía en su reseña de la colección Universal publicada en La Lectura (n.º 239, noviembre 1920: 264-66):

Es positivo y excepcional el servicio que está prestando a la cultura española la casa Calpe con sus medios poderosos de acción y divulgación científica y literaria [...].

La colección Universal es la más rica, variada y numerosa de las varias bibliotecas que da a luz la casa Calpe, y por su índole popular, de divulgación, tanto como por su baratura, es una digna continuadora de aquella Biblioteca Universal que inició al gran público en el conocimiento de los mejores autores clásicos y modernos. Sólo que ésta de Calpe ofrece mayor modernidad en su espíritu y su factura, presentando un tipo de libro manuable, ligero, elegante y de impresión clara y cuidadosísima, que aventaja en mucho a su precursora.

La colección Universal, desde su aparición, en julio de 1919 [...], viene publicando veinte números de unas cien páginas cada mes, a cincuenta céntimos número [...]. Así ha dado al público en esos 16 meses la enorme suma de 320 números, que componen 134 obras completas. [...]

La editorial cuenta con un cuerpo de excelentes traductores, que dan a los libros extranjeros puestos en castellano la impresión de ser originales, y con escritores expertos que han revisado, depurado y anotado las obras clásicas de la colección.

Se extiende Deleito y Piñuela en la descripción de los autores y títulos publicados en la colección Universal. Casi al final de su reseña menciona a Machado: «De nuestros poetas modernos sólo figura hasta ahora Antonio Machado, con Soledades, galerías y otros poemas.» El librito de Antonio Machado fue, pues, de los primeros en aparecer en la colección, con el número 27, y se vendía al precio de 30 céntimos (85 páginas). Hacia 1920 se haría una nueva edición del libro, con los mismos datos en portada y el mismo contenido, pero impreso en los Talleres Calpe (93 páginas), y con el precio de 50 céntimos [1].

La colección Universal se prolongaría hasta los años de la República, pero antes los hermanos Machado publicarían otro tomo en la misma colección (entonces ya de la empresa Espasa-Calpe): la tragicomedia Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1928, nº 1.046-1.047; publicada ahora en la colección Austral, junto con Juan de Mañara, en edición de Dámaso Chicharro Chamorro).

Antonio Machado publicó en Espasa-Calpe tres de sus cuatro ediciones de Poesías completas: la segunda edición en 1928, la tercera en 1933 y la cuarta —y última en vida de Antonio Machado— en abril de 1936. Poco después de esta cuarta edición —y poco antes de estallar la guerra— apareció también en libro en la misma editorial Juan de Mairena. Por último, ya en plena guerra civil, en 1937 publicó en la editorial el libro La guerra (1936-1937), con dibujos de José Machado.

Las ediciones de Poesías completas de Espasa-Calpe mantuvieron el diseño tipográfico establecido por Juan Ramón Jiménez en la primera edición del libro publicada por la Residencia de Estudiantes en 1917, es decir, títulos de las poesías en versalitas y entre paréntesis, etc. Es de destacar la elegante tipografía de estas ediciones de Poesías completas. La cuarta edición, de 1936, además de ser la editio prínceps para las poesías completas de Machado, destaca por su cuidada publicación: sólo 23 erratas evidentes he contado en esta edición, porcentaje bajísimo que creo no ha sido mejorado por ninguna otra edición posterior de este libro. Baste la comparación con las 53 erratas de las Poesías completas (1936) de la edición de Macrì (1988) [2] que es, no obstante, una de las ediciones de las Poesías completas mejor corregidas tipográficamente y con menos erratas entre las publicadas en España después de la guerra (hay una edición de las Poesías completas, no voy a mencionar cuál, pero de 1982, en la que conté la friolera de 126 erratas —alguna de tanto bulto como faltar versos enteros—, además de otras tantas correcciones del editor, buena parte de ellas por lo menos discutibles). Ya dijo Machado, en carta a Juan José Domenchina, que si las erratas son la salsa de los libros, en poesía habría que servir la salsa aparte. Recomendación que parece no va con los editores españoles.
 
En torno a Poesías completas

Después de este excursus entre bibliográfico y pintoresco, vamos a las Poesías completas de Antonio Machado (de 1917, 1928, 1933 y 1936). Lo primero que hay que decir de las Poesías completas es que es un libro con entidad propia, y como tal hay que considerarlo, y no como una mera recopilación de libros publicados anteriormente, por más que los títulos de algunas secciones en las que se divide el volumen coincidan con los títulos de libros suyos anteriores. Esto parece tan obvio que incluso da vergüenza decirlo.

Lo segundo que llama la atención es el propio título: Poesías completas; título abstracto y aparentemente anodino, pero que sin embargo dice mucho sobre el libro y sobre las intenciones poéticas de Machado en 1917. Hoy en día estamos acostumbrados a que alguien, incluso aún joven, reúna en un tomo sus obras completas. Pero que alguien, en 1917, a sus apenas 42 años de edad, publicara un tomo de Poesías completas, era algo insólito. He revisado la bibliografía entre 1900 y 1917 y no he hallado un caso similar. La conclusión que se deriva de aquí cae por su propio peso: de algún modo, con sus Poesías completas Antonio Machado dio carpetazo a su actividad poética. Esta conclusión es coherente con el fracaso de su proyectado libro Tierras de España y con el complejo devenir de Machado en los difíciles años que van de 1912 a 1917 [3].

Un detalle de la edición de 1917 de las Poesías completas que ha llamado recientemente la atención de algunos machadistas y dado lugar a cierta polémica es la ausencia del título de sección «Campos de Castilla» en aquella edición (en su lugar, buena parte de lo publicado en Campos de Castilla figura bajo el rótulo de «Varia»). Macrì atribuyó esta ausencia a una «distracción» de Machado [4], confundiendo a toda la crítica posterior. Esta hipótesis de Macrì, metodológicamente inaceptable, parte del supuesto falso de que PC1 debería de haber llevado tal título. En todo caso, planteado en sus justos términos el problema no es averiguar por qué «falta» el título de sección «Campos de Castilla» en PC1, sino que es averiguar y explicar por qué Machado estructuró el libro tal como lo hizo. Ambos planteamientos son muy distintos. Y avanzándome en afirmaciones, creo que Machado tuvo sus motivos para estructurar PC1 como lo hizo, y omitir cualquier referencia a Campos de Castilla.

Otra confusión de la crítica machadiana, que ya parece crónica, es tomar como ediciones «definitivas» de los libros de Machado las correspondientes secciones homónimas de las Poesías completas (1936). Desde Soledades. Galerías. Otros poemas (1907) a Nuevas canciones (1924), pasando por Campos de Castilla (1912), tradicionalmente los editores de Machado no publican estos libros tal como aparecieron, sino las secciones homónimas de Poesías completas (1936). Recientemente, Geoffrey Ribbans, por ejemplo, en su por otra parte excelente edición de Campos de Castilla [5], aunque ha tenido el buen criterio de rotular el libro Campos de Castilla (1907-1917) —señalando así de entrada que lo que se publica es la sección «Campos de Castilla» de PC4, cosa que no han tenido la amabilidad de indicar hasta ahora los editores de los libros de Machado—, afirma sin embargo que no discrepa con el juicio que considera la sección «Campos de Castilla» de PC4 como el «texto definitivo» de este libro. Francamente, creo que sería muy difícil fundamentar ese tipo de consideraciones. Para empezar, no recuerdo que Antonio Machado afirmara nada en este sentido. Podrá parecer obvio, pero salvo en el caso de que Antonio Machado hubiera dicho otra cosa, en principio no hay más «texto definitivo» de Campos de Castilla, como tal libro, que el de la edición de 1912; ni de Nuevas canciones que el de 1924, etc., etc. Otra cosa son las exigencias editoriales que, evidentemente, no pueden publicar la menguada edición de 1912 de Campos de Castilla (que daría poco más de 68 páginas si se publicara en formato de edición corriente). Pero ese inconveniente tiene otras soluciones que las de tomar el rábano por las hojas.

Todas estas cuestiones podrán parecerles a más de uno nada más que sutilezas filológicas, pero todavía en 1982 Antonio Fernández Ferrer [6] reseñaba casi como primicia, como quien ha descubierto la Luna, el contenido exacto de la edición de 1912 de Campos de Castilla: sólo 18 poesías, y no las 56 poesías de la sección de 1936 a las que estaba habituado el lector del libro de Machado; y si Fernández Ferrer dedicaba buen número de páginas a describir el contenido del libro de 1912 es porque la mayor parte de lectores ignoraba dicho contenido, y si lo ignoraba es gracias a la ausencia de «sutilezas filológicas» con que se han venido publicando incluso las obras de nuestros clásicos.

 

La edición de Austral

En su edición de las Poesías completas publicadas en la colección Austral [7], Manuel Alvar ha tenido el acierto de seguir la edición de Macrì. Ya se ha dicho que la de Macrì es, por lo que toca a erratas, una de las ediciones más limpias de las Poesías completas de Machado, y Manuel Alvar ha corregido en la suya los escasos gazapos que deslucían aquélla (aun así, se ha deslizado alguna errata de la edición de Macrì, como en la CLXI xcvii, «Cuida de que no se entere / la cucaña seca / de tus ojos verdes», en lugar de «de tus hojas verdes»). Ahora bien, la edición de Austral mejora infinitamente las publicadas anteriormente en la misma colección, e incluso la de Macrì, y es, hasta donde he podido comprobar, la más fidedigna con que cuenta el lector de Machado, cosa que sin duda es de agradecer en una edición destinada a la más amplia difusión.

La parte más floja de la edición de Austral es la de las tradicionalmente mal llamadas «poesías sueltas», es decir, de las no recogidas en PC4. Manuel Alvar sigue aquí también la edición de Macrì, aunque reordenando el conjunto. Mala guía ha seguido el editor en esa parte. La sección de poesías dispersas de Macrì es ciertamente confusa y hasta caótica en muchos lugares, quizá debido al hecho de que Macrì no vio los originales donde se publicaron esas poesías (revistas, periódicos...), tomándolas de republicaciones posteriores de otros críticos y editores, con todos los problemas que ello conlleva. Para rematarlo siguió el criterio, desacertado, de dar prioridad a lo recogido en el cuaderno de «Los complementarios» sobre lo publicado en revistas, olvidándose de que aquel cuaderno es un simple borrador, y con el resultado de desmembrar algunas interesantes series de poesías (como las publicadas en Los Lunes de El Imparcial o la revista Alfar), de las que Macrì da la versión del cuaderno de apuntes, y no la serie efectivamente publicada, que además queda huérfana.

Mayor problema ofrecen las poesías de la guerra, muchas de ellas republicadas fuera de España después de la muerte de Machado con notables enmiendas, y ésas son las versiones que desafortunadamente tomó Macrì para su edición. V.gr.: la poesía «A Rusia», publicada en Liberación, 20 diciembre 1937, cambió su título por «Voz de España. A los intelectuales de la Rusia soviética» en una Antología de guerra publicada en La Habana, en 1944, de donde la tomó Aurora de Albornoz y de ella todos los editores posteriores; la poesía titulada «Canción» y publicada en Madrid. Cuadernos de la Casa de la Cultura, mayo 1938, nunca llevó título más que en la versión de Romance, México, 1940; la famosa poesía «El crimen fue en Granada», entre los muchos periódicos donde fue publicada, Macrì tuvo la mala fortuna de tomarla de la edición de Emilio Prados, único lugar donde figura con una lamentable errata, en el v. 32: «Se le vio caminar...», en vez de «Se les vio caminar...»; «Meditación del día», publicada en el libro de Antonio Machado La guerra, no es título de la poesía, sino del texto en prosa que la poesía encabeza; etc., etc.

Completa el libro de Poesías completas de la colección Austral un interesante «Apéndice» a cargo de la profesora María Pilar Celma, que incluye una sección de «Documentación complementaria», una cronología y un «Taller de lectura». María Pilar Celma ha tenido el acierto de abrir la documentación complementaria con la sublime e impresionante semblanza de Machado que escribió Juan Ramón Jiménez, sin exageración la mejor página escrita en castellano en ese siglo.

En apretada conclusión, el lector tiene en sus manos una edición del libro Poesías completas (1936) de Antonio Machado notablemente fidedigna, muy cercana a un facsímil de la cuarta edición, que no es poca cosa, con un útil «Apéndice», y una sección de poesías dispersas que esperan aún pacientemente su editor.

 

Notas

1.  Una exhaustiva descripción bibliográfica de los libros de Antonio Machado puede verse en Jordi Doménech, «Ediciones de Antonio Machado (1903-1938)», Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado <www.abelmartin.com>.

2.  Antonio Machado, Poesías completas, edición crítica de Oreste Macrì con la colaboración de Gaetano Chiappini, Madrid, Espasa-Calpe / Fundación Antonio Machado, 1988.

3.  Véase Jordi Doménech, «Sobre la publicación de Campos de Castilla», Ínsula, 594, junio 1996, y «Más sobre Tierras de España, de Antonio Machado», Ínsula, 606, junio 1997. Cf. también mi artículo en preparación, «Poesías completas (1917) de Antonio Machado: cementerio de proyectos», en el que paso revista a la historia de la publicación de aquel libro y a los críticos años de 1912-1917.

4.  Macrì (1988, I: 60): «...por una extraña distracción, se ha perdido el título “Campos de Castilla”».

5.  Antonio Machado, Campos de Castilla (1907-1917), edición de Geoffrey Ribbans, Madrid, Cátedra, 1997.

6.  Antonio Fernández Ferrer, Campos de Castilla. Antonio Machado, Barcelona, Laia, 1982, Guías Laia de literatura.

7.  Antonio Machado, Poesías completas, edición Manuel Alvar, Madrid, Espasa-Calpe, 1997, Colección Austral, 33.

 

Artículo publicado originalmente en Ínsula, 622, octubre 1988, pp. 26-27, en el número monográfico «Austral: un capítulo en la historia de la cultura».

 

Fecha de publicación: 1999


Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado
www.abelmartin.com