Paternalismo
te siento de lejos
mi vecinita de enfrente
lo trémulo de esos ojos
el vértigo que arrasa la piel
que aún interrogas
te siento
y te procuro entonces
mis bolas de naftalina
la camisilla y el canesú
la tierra magullada en las rodillas
el columpio que raya la cara
del sol
las amiguitas de pan
los dientes de leche
el tres por cuatro ocho dos chicles
un pintalabios
el álbum de junio
mamá me mima a veces
los piojos
el sabor de los mocos
esta muñeca es mía
santa rita
irrita
irrita el supositorio
lo que se da se acaba perdiendo
en un descaro
en un descuido
en la memoria inhóspita
¿quién puebla las cuatro
esquinas del sueño
cuando los angelitos huyen?
¿no hay de la calle una acera
que llegue hasta wonderland?
se te muere en el tiempo
la inocencia
te la gastan
y falta en los labios que manchan
en la carne viva de espantos
en la mirada que escuece
en el sosiego maltrecho
en mitad de un bostezo
entre el puré y los deberes
de matemáticas
tal vez no sé
en el reverso de mi alma
falta
se te escapa de un tajo la inocencia
pequeña
con un cortejo sibilino de ranas
y hormigas
como quien olvida sus heces sus restos
abandona en ese viento desastrado
que desemboca en tu voz
que ya no es
cian ni magenta
cuerpo en vilo sólo
y un devenir que se queda de azar
oscuro
cuando papi juega sucio
al antón pirulero
y te tapa la boca
y te baja las braguitas
y tú sospechas otra vez
que mañana si te mueres
no subirás al cielo
porque empiezas de repente a ser culpable
de todo
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