Las palabras lo saben

(1993)

 

V

Mínimamente fiel es el mañana,
dice Horacio,
          sin que apenas escuchemos su voz,
porque nos obsesionan los días venideros,
y descuidamos cuanto el presente ofrece:
la casa silenciosa, sus aromas,
un frugal desayuno en la cocina,
mientras humean las infusiones
de flor de manzanilla y ajedrea.

Tras los cristales, el cielo blanquecino;
transeúntes ruidosos en sus ciclomotores.

La gente en movimiento va poblando las calles
en las primeras horas, desvanecidas
por nuestras ilusiones de futuro.

Ayer hablabas del otoño cuando febrero nos recibe,
y es tan incierto el porvenir, tan limitado el tiempo,
ni seguro siquiera, para perderlo en proyectos continuos,
cuando clama la vida en esta hora,
y los alientos se funden con la niebla,
mientras atravesamos el paseo,
y aire temprano refresca nuestros rostros.

 

VI

La lámpara de calamina
pende del techo.
Sus colgantes de vidrio
aparecen opacos.
Nadie enciende las luces.
Se ilumina la estancia
con dos apliques ámbar
puestos sobre los muros.
Y la lámpara ciega nos vigila.
Apenas si me atrevo
a levantar los ojos
                hacia el objeto,
cuyo esplendor
engrandecía noches,
de edades ya lejanas,
con bombillas como enjambres
encendiéndolo todo,
también aquellos rostros nuestros
que no temían claridades,
y se extasiaban
ante el vivo espectáculo,
con deseos de ser alumbrados,
y recibir la intensa luz,
la llamarada.

 

XXVI

Ruidos de la casa
alertan en la noche,
cual si quisieran
hacernos compañía;
decir que hay otro mundo
inadvertido, dócil,
que nos rodea y sirve.
Son los armarios,
              la cómoda,
el viejo frigorífico,
la percha de castaño.
Todo con su queja,
y nosotros insomnes,
hasta saber de dónde viene
cada lamento. Si sólo
                  de lo inerte,
o pasos se aproximan
en la calma total de la canícula.

 

XLII

Si el poema no quiere
detenerse contigo
abandona el empeño.
Vive sin someterte a la tortura
de quererlo alcanzar por insistencia.
Acógelo solícito si llega,
y aprovecha el instante
como bien dado.
Después sigue viviendo,
sin obsesiones de poeta,
entregado a las cosas.

 
Copyright © Dionisia García

Todos los derechos reservados. Queda expresamente prohibida la reproducción por cualquier medio de estas poesías sin el permiso de su autor
 

[ Anterior ]

[ Archivo ]  [ Dionisia García ]

[ Siguiente ]


Archivo de la poesía española reciente

Abel Martín. Revista de estudios sobre Antonio Machado
www.abelmartin.com