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por todo ello memoria traigo
para mi tía Daniela
Monterde Viader
o Viadell
nunca lo supo
hija de Sinarcas
ilustre fregona
mala lengua
cigarra
en el pobre hormiguero
proletario
de la España de charanga
y pandereta
devota de Belmonte
y de María
nunca supo
que mereció ser triste
el balance de su vida
ignorante
de la sabiduría que rebela
desespera
estetiza los cansancios
puso su corazón
al ritmo del instinto
y su cerebro
al de un cuplé
insustancial
no hablan de ella
las crónicas humanas
las lápidas
las estelas
las columnas
ni las nostalgias
de los hijos que no tuvo
los amores
que no le sobrevivieron
ni las olas
fugitivas como agua
en sucia
sumisión de vertedero
ningún caminante
de regreso
hubiera visto su nombre
luminoso
en las cúspides de la ciudad
de acero
en los cruces
de caminos
ni siquiera
en la memoria
de un papel a soplos
de un viento amarillo
sólo
mi voluntad
de constructor de siglos
ahoga en las palabras
la zozobra
de un remordimiento
la angustia
de un dolor concreto
irrepetible
acusación de un dedo
puro muerto
pequeña su vida
en el inmenso
recorrido de una historia
que comienza
en Rasputin
termina
en el primer sputnik
vela
el recuerdo de Lenin
el venerable
los gritos
de los niños del ghetto
de Varsovia
la muerte del vals
y del incienso
mas no cambió la Historia
de repente
débil
la carne pregunta
qué se hizo
de sus pétreos testigos
qué se hizo
de los constructores que siglo
veintiuno hicieron
más que veinte
y de su gloria cantan
enciclopedias
himnos
telefilms
superproducciones
en cinerama
ediciones
de heroica gestación
flores naturales
para poemas de Pemán
o Montale
vastas listas de firmas
preparadas
por Walter Lippmann
Jim
Reston
Bertrand Russell
Castellet
¿Qué se hizo
de las bellas
Goya Imperio Fornarina
que enseñaron
la expresión del amor
a mi tía Daniela
precariamente
necesitada de tres compases
para el orgasmo
proletario
por un marido remendón
y zapatero?
pasearon sus pechos
privilegiados
bajo los estucados
y sus diamantes
criaron verdines radiactivos
submarinas voces
de disco duro
las estrellas
junto al sol negro
que ilumina los recuerdos
¿Y qué se hizo
del Káiser y sus húsares
a caballo lento
tras Daniela y su zapatero
en Estrasburgo
luego en el Marne
cuando Madame
Lisié Lisió Lisiú
—nunca lo supo—
la obligaba a cantar
mientras limpiaba retretes
pompeyanos
con el ritmo poético
de morisca conversa?
nunca los idiomas
fueron su fuerte
no sabía escribir
ni ensartar los recuerdos
con palabras certeras
pero los húsares
murieron antes
sobre caballerías blancas
hundidos
en borbónicas landas de Francia
de don Antonio Maura
¿qué se hizo?
maldito cien veces
por un zapatero
federal
anarquista de café-concierto
jugador de mus
y pendenciero
arrullo de pañuelo de seda
blanco
como colada de lencería fina
que mi tía Daniela
mecía o maltrataba
al son de un jazz de fiesta
huidas de agua muerta
y del Lerroux
alejandrino
excitante de mentes
obreras
con paraísos de violencia
de coloso
violencias no aptas
para históricamente débiles
de corto suspiro
en callejones góticos
decidme
¿qué se hizo?
de la huelga de la Canadiense
de las lágrimas
de Daniela
a veinte metros de una barricada
cuando
los zapateros cantaban la Varsoviana
leían
resúmenes culturales
en los zaguanes
a escondidas de Martínez
Anido y sus muchachos
fugitivos
blancos como manchas nocturnas
y qué se hizo
del tigre Clemenceau
de la tigresa
Theda Bara
de los caballeros desnudos
que nunca llegarían
a Córdoba
de Hidalgo de Cisneros
Constancia de la Mora
de Rafael
carnoso y preproletario
señorío de la adelfa
Alberti
como tenor o clown
de carrusel prohibido
de Primo
de Rivera
el valiente
general
de la causa insustancial
escapado
de un sainete verbenero
trasnochado chotis
oh chaslestón
charlestón
rey de breves pechos
planos
nunca te bailaron
los generales
de gobiernos provisionales
qué se hizo
de tanto fantasma lejano
del serrín
del pie de hierro
colado
y de la horma
horrible
como pie de hombre
insuficiente
las vedettes del mundo
lo gozaron
efímeras menciones de manual
homenajes
en municipalidades de París
oscuramente rojas
para oídos
de costoso tabicado
para ojos
de exigente viaje
compusieron
un show de entreguerras
ligero como un humo
de Ravel
a la memoria
de un presentimiento
ellos
no tuvieron más hijos
que la República
promesas
de matronas picassianas
hechos
de levitones copistas
la madurez
obligaba sus noches
búsqueda
de rostros niños
gordísimas
papiriformes
columnas de futuro
la riqueza
de sus músculos
alimentaba
el sueldo de Gil-Robles
de Sanjurjo
la fina garganta
de María Fernanda
Ladrón
de Guevara
y los toros
les llenaban los ojos
domingantes
de salpicón de chispas
salmuera
oro y grana
gigantes
pequeños
alzaban su alegría
atletas
cigarras constructoras
de pirámides
Ramsés no tuvo
esclavos anarquistas
ni Roma conoció
esclavos de gala
toquilla carmesí
media de seda
corpiño de satén
y blusa blanca
peinado de charol
diez ondas lentas
pie breve en un jirón
de almidón piedra
él traje cruzado
chaleco en punta
corbata seda loca
como una llama
llavero plateado
mocasín blanco
puntera mascarón
gorra de plato
gris
la elegancia del pobre
príncipe de Gales
Léon
Blum imponía la moda
de la atlántica
moderna socialdemocracia.
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